Leucocitos y glóbulos rojos.
En hemocromatosis y en el resto de enfermedades por hierro alto es la sangre nuestro problema y a la vez la solución.
Como ya sabeis me gusta saber el por qué de las cosas y en el caso que nos toca a nosotros es la sangre nuestro talón de Aquiles, aunque ya sabemos que el hierro se acumula en forma de ferritina en nuestro hígado y en forma de hemosiderina en otros tejidos, es la sangre la transportadora y si nos la extraen con sangrías periódicas obligamos a nuestro cuerpo a fabricar nuevos glóbulos rojos para reponer los pérdidos y es necesario utilizar hierro que formará parte de la hemoglobina de los nuevos góbulos rojos, que también son llamados hematíes o eritrocitos.
Son células maduras que han perdido su núcleo y ahora los podeis ver en las fotografías, son rojo clarito y más claros por el centro. Los leucocitos son las células encargadas de nuestra defensa frente a las infecciones y se diferencian al microscopio por su núcleo y su citoplasma, que es el espacio que rodea al núcleo, un poco lioso, pero en la fotografía podemos ver las diferencias:
La primera fotografía corresponde a un eosinófilo, la segunda un linfocito, la tercera un monocito y la cuarta un neutrófilo.
Sólo quiero que os suenen los nombres porque cuando os hacen un hemograma veréis datos con estos nombres y por lo menos que digais, oye esto lo he visto yo en el blog de la hemocromatosis, con eso me sentiré afortunado.
Las células más pequeñas sin núcleo y rositas son los gjóbulos rojos. En la segunda y cuarta foto hay un punto moradito muy pequeño que son plaquetas, las encargadas de hacer el tapón que sellará cualquier fuga en nuestro organismo para evitar hemorragias.
Espero que os guste la información de hoy a mí me encanta porque es parte de mi trabajo pero me parecía interesante compartir estas fotos con vosotros. Un saludo. Jesús Moreno.